jueves, 29 de mayo de 2014

Matar al libro de texto (Enrique Dans)

Enrique Dans reflexiona sobre un tweet que circula sobre el contenido de un libro de texto de la editorial Anaya:

El problema aquí no está en que se relacione piratería de barcos o aviones con "piratería" de películas, sino en la forma tan mezquina de hacerlo, en un libro de texto para niños.






domingo, 25 de mayo de 2014

Quo Vadis Matemática

El curso va acabando y por nuestro departamento no ha pasado ningún comercial de editorial a ofrecernos ningún libro de texto. ¡Bien!  ¿Tal vez las editoriales no tienen ninguna novedad, ninguna nueva idea de cómo mejorar en el aprendizaje de las matemáticas? ¿O tal vez estamos ante el final de esta bizarra forma de distribución de libros mediante la visita de comerciales a los institutos?

El único comercial que ha aparecido por nuestro departamento nos ha dejado una muestra de cuadernos de actividades de matemáticas con el único objetivo de mejorar los resultados en las pruebas de Evaluación diagnóstica y las pruebas PISA.


 Nadie engaña a nadie, la portada lo dice bien claro:



Cuatro cuadernos, de primero a cuarto de ESO que sólo contienen exámenes, exámenes y más exámenes, preguntas y más preguntas de respuesta rápida, numérica o "tipo test" para su corrección automática por parte del propio alumno o del profesor. Nunca había visto nada más triste, nada menos motivador,  cuadernos sin índice, sin estructura, sin vida, sin alma. Mientras, Internet es actualmente un hervidero de ideas y propuestas llenas de color y totalmente gratuitas. ¿Hasta cuando seguiremos subvencionando con el dinero de los padres estos productos decimonónicos? 

No podemos echar las culpas a las editoriales. Sólo son negocios que miran por sus intereses económicos a corto plazo, detectan un nicho de mercado (profesorado agobiado por mejorar en las clasificaciones de las pruebas de final de etapa) y ofrecen un producto. Aquí la corte de expertos educativos universitarios no se pronuncia. ¿Qué opinan los gurús de la didáctica sobre estos "productos" editoriales? No contestan, están muy ocupados buscando en qué piedra esconder su desvergüenza, esclavos de su propia verborrea retórica en la que no cabe nada más que culpabilizar al profesorado.

Conocimiento, cultura, aprendizaje, son conceptos que hay que dejar colgados en la percha antes de entrar en clase cuando lo único que importa es mejorar en la clasificación de resultados en unas pruebas estandarizadas y estandarizantes. Qué futuro más gris nos espera por este camino.

En Internet podemos encontrar iniciativas como Badass (algo así como Profesores Cabreados, nacida en EEUU, donde el superar o no una prueba de evalución diagnóstica puede significar el cierre de una escuela) que defienden una experiencia docente fuera del dictado de las pruebas estandarizadas de evalución 









miércoles, 14 de mayo de 2014

Pequeñas comunidades donde dos y dos no sean cuatro

El diario La Vanguardia del lunes 12/5/2014 nos ofrece un nuevo ejemplo de disparate para mayor gloria de la pseudociencia de la Educación y la didáctica. Como siempre, todo se reduce al iluminado experto en educación que baja de los cielos universitarios a decirnos a nosotros, pobres profesores de secundaria y primaria, que no tenemos ni idea de dar clase de matemáticas.




En este caso el disparate llega al delirio cuando este “experto” en educación matemática afirma que “Es necesario que el alumno dialogue consigo mismo y con sus compañeros creando pequeñas comunidades de aprendizaje, donde dos más dos es mayor que cuatro.

Afortunadamente hemos de suponer que semejante disparate es fruto de la diarrea intelectual propia de esta pseudociencia de la Educación y la didáctica, en la que puedes decir una cosa, la contraria y el mayor de las estupideces y quedar igual de bien. Suponer lo contrario, nos llevaría al mundo de Orwell y 1984, “La Libertad significa libertad para decir que dos más dos son cuatro. Si eso se admite, todo lo demás se da por añadidura” escribía Winston en su diario...


Afirma este iluminado que “Tenemos que volver a los orígenes, cuando la matemática resolvía problemas concretos de la vida diaria y nos ayudaba en nuestro quehacer”. Oh, sí. Y el arte, en sus orígenes, era pintar en la pared de una cueva con un palo untado en mierda. ¿Y qué? ¿Acaso hemos de volver a las cavernas para reducir el nivel de fracaso escolar? ¿Acaso se resolvería si lo hiciéramos?

Y sigue en su delirio: “Recordemos que la palabra cálculo quiere decir “piedra”, y las piedras fueron las primeras calculadoras que utilizaron nuestros antepasados.”. Oh! Sí, y los primeros coches se movían con los pies, que yo también he visto los Picapiedra. No se pueden decir más tonterías por pulgada de papel.


El remate, después de la obligada apelación a la vía power-flower de la matemática recreativa, llega cuando sentencia: “Nuestros alumnos tienen que comprender lo que enseñan para enseñar a comprender”.