lunes, 13 de abril de 2015

Rigau mandará a los profesores de ESO a clases de geometría

Ser profesor de matemáticas tiene también sus cosas buenas. Este sábado pasado, sin ir más lejos, estaba yo comiendo mi acostumbrado bocadillo de beicon con queso de los sábados en la cafeteria de L'Avenç d'Esplugues, para mayor gloria de mis más de 90 kg (que ya le he dicho a mi compañera que me tengo que poner a dieta pero que ya, que me estoy poniendo trofollo) cuando en la portada del Periódico de Catalunya me encuentro con el siguiente titular:



Sin perder un segundo dejo el bocadillo y abro el diario por la página 29:




¡Cáspita! los profesores de matemáticas de Catalunya el año que viene haremos un curso de Geometría. Me tendré que preparar el material. Un buen lapicero de dibujo seguro que será necesario, y su correspondiente sacapuntas, y una goma de borrar blanda, y por supuesto un juego de bolígrafos y una buena libreta para tomar apuntes. Y una calculadora, aunque tal vez nos la prohíben, no me quiero precipitar. Y una escuadra y un cartabón. Y un compás, de esos que tienen un tornillo fijador.

Sin embargo, me asaltan algunas dudas:

Si son los alumnos los que han sido examinados de geometría, y son los alumnos los que flojean, tendrían que ser éstos y no nosotros los profesores los que se beneficiaran de este curso.

O que si somos nosotros los profesores los necesitados de algún tipo de curso, tendríamos que ser nosotros los examinados, para determinar qué profesores lo necesitan o los que no, o en qué grado. (Es lo que se denomina "evaluación inicial") ¿Habrá en este curso un grupo de "profesores con necesidades educativas especiales"? Mira que si me toca ir al grupo "C" con los chungos... que por otro lado son los que más molan...

Tambien es posible que los lectores de este diario, uno de los principales diarios de Catalunya, se planteen que los profesores de matemáticas de Catalunya ya tendríamos que saber la geometría de un curso para alumnos de 15 años de edad  (¡con la cantidad de magníficos expertos en pedagogía que tenemos!)

Incluso cabe la posibilidad de que nos lleguemos a plantear que en la UOC (la Universidad que impartirá este curso), hay unos señores i señoras estos sí, poseedores de conocimientos geométricos que nos van a enseñar al común del profesorado actualmente ignorantes de ellos, una vez sean convenientemente empaquetados en un cómodo curso online.

También es de recibo puntualizar que este curso por lo que parece no será de geometría, sino de como enseñar geometria, pues de la misma forma que existe el llamado "aprender a aprender", también (¡por geometría!) existe el "enseñar a enseñar", es decir, que estos señores y señoras de la UOC, ungidos en el espíritu santo de la didáctica y la pedagogía, nos enseñarán a nosotros a enseñar la geometría, por lo es de suponer que habrán antes aprendido a enseñar a enseñar la geometría. Tal vez sea rizar el rizo el creer en la existencia de una supercasta de didácticos que enseñen a los que enseñan a enseñar la geometría, a los que como el Dios de la Divina Comedia de Dante sea ya imposible mirar directamente sin cegarse.

En fin, acabo mi bocadillo de beicon bien pringoso con queso. Creo que viendo como estoy engordando, al volver al instituto les exhorte a mis alumnos que tengan (ellos!) una alimentación más sana.

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