domingo, 10 de abril de 2016

El modelo educativo Mckinsey

En geometría el concepto de paralelismo ha sido históricamente una fuente inagotable de quebraderos de cabeza. Las consecuencias derivadas al aceptar la existencia de rectas paralelas en el plano y los axiomas necesarios para construir semejantes objetos son la razón de ser de la geometría euclídea, la única verdadera hasta que a principios del siglo XX se aceptó la posibilidad de negarlo, con el descubrimiento de las geometrías hiperbólicas y elípticas.

El paralelismo tiene algo de aberrante, de terrible, pues significa la distancia insuperable: dos objetos que jamás se tocarán por muy cerca que encuentren, dos objetos que no tienen nada en común.

A todos nos conmovió la horrible imagen del policía griego recogiendo el cadáver de aquel niño inmigrante ahogado en la playa. La fotografía recoge el momento en que se encuentran las rectas vitales del niño y del policía, después de la muerte del primero.
Sin embargo, y sin salir de España, podemos encontrar una imagen aún más dura, aún más terrible si cabe. La fotografía realizada por Javier Bauluz en el año 2003 en una playa de Cádiz, dos jóvenes tomando el sol y al fondo el cadáver de un inmigrante que ha llegado ahogado a la costa de Europa. El fotógrafo muestra el atroz paralelismo de las rectas de los dos jóvenes bajo la sombrilla y la recta que es el joven ahogado a penas cincuenta metros de ellos, sencillamente no lo ven, no lo han visto ni lo verán. Dos realidades en mundos “paralelos”.


Como paralelismo podemos encontrar en otra fotografía de Bauluz del año 2000, la Guardia Civil retirando el ataúd con el cadáver de un inmigrante encontrado ahogado en la playa de Tarifa, mientras al fondo dos personas juegan a las palas, indiferentes. La fotografía muestra de una forma cruda el paralelismo, es decir la falta más absoluta de puntos en común entre el fallecido, intentando llegar a la costa en la patera, muriendo agotado, depositado en la caja, y la vida del turista que mientras tanto jugaba a las palas, que juega a las palas, que seguirá jugando a las palas.


El paralelismo es un concepto atroz, terrible, repulsivo, pues justifica la indiferencia, la inanición. Se entiende pues que para los geómetras de todos los tiempos haya sido algo incómodo, molesto, al que han dedicado los mayores esfuerzos en estudiarlo, en superarlo, en controlarlo.

Precisamente el paralelismo de rectas es la metáfora que utiliza la consultora americana Mckinsey para justificar su modelo educativo internacional “Education to employment”.


Dos rectas paralelas: Los jóvenes, que viven el drama de no encontrar  trabajo, y los empresarios, que viven el drama de no encontrar trabajadores adecuados, convenientemente cualificados. Y una tercera recta, la educación, la formación, que es paralela a ambas, sin ningún punto en común con los jóvenes y sin ningún punto en común con el mundo empresarial.

Esta situación de paralelismo entre el mundo de los jóvenes, el mundo de las empresas y el mundo educativo es lo que Mckinsey denomina “E2E GAP” (Education to Employment Gap) algo así como la brecha entre educación y empleo, una brecha que los señores y señoras de Mckinsey, en lo que podemos suponer un loable espíritu ético histórico, se han propuesto superar, pues por lo que parece, ni nuestras autoridades educativas ni políticas lo hacen. ¡Alabado sea McKinsey!


Por supuesto, la solución propuesta por Mckinsey es doblar la educación a las directrices de las empresas, es decir, una educación de competencias básicas.

En España, el gurú oficial de la educación, Jose Antonio Marina, parece en comunión con las directivas de McKinsey. Podemos leer en su web oficial:

[...]Los informes McKinsey, y todos los estudios llevados a cabo por la OCDE en los últimos años, señalan de forma contundente que la calidad de un sistema educativo depende fundamentalmente de la calidad del profesorado y de las políticas llevadas a cabo con la profesión docente.[...]

En Diagonal Periodico  encontramos [...]Luis Garicano, responsable del programa educativo de Ciudadanos, tuvo la suerte de ampliar su currículo como economista en esta prestigiosa consultora, McKinsey & Co, y que son precisamente Marina y Garicano quienes se han ofrecido para consumar un Pacto por la Educación.[...]

En La Vanguardia de ayer sábado 9/4/2016 encontramos el artículo sobre el proyecto “Generation” de McKinsey, para jóvenes desempleados.

http://www.lavanguardia.com/economia/20160408/40979669040/generation-mckinsey-formacion-empleo.html
 
Generation se lanza a por el talento español. 

Nuevamente la palabra Talento como palabra-fetiche educativa

La consultora McKinsey busca reducir la brecha entre formación y empresa a través de un programa orientado a jóvenes sin empleo.

Y todo por el módico precio de 3000 euros de nada.

Os recomiendo ver el video oficial de “Generation España”. Es alucinante. Los testimonios de varios jóvenes españoles que han cursado “Generation” son alucinantes, no tienen desperdicio.


Destacaría entre todos los del primer joven que aparece:


“En la Universidad te dicen sí, hay que trabajar en equipo, pero nadie te enseña como se trabaja en equipo. Bueno, pues en Generation aprendemos eso”


“Aprendemos a tratar con la gente, a saber hablar, a saber darnos feedback, y eso es cosa que no nos han enseñado nunca”

Es comprensible el drama personal de este joven al que nadie en la Universidad le enseñó como trabajar en equipo, ni a “dar feedback”, ni saber hablar. Pobrecico mío, qué disgusto para los padres.

“Lo que hemos hecho hasta ahora, para mí, tiene más valor que tres años en la Universidad, y eso en un solo mes”

Parece un anuncio de detergente. ¡Generation lava más blanco! 

“Aplicad Generation, porque la verdad después de sentirme frustrado, de ya llegar a un punto de pensar en que a lo mejor no valgo, o a lo mejor no cuento para nadie, pues se me presentó una oportunidad”

¿pero qué demonios le harían en la Universidad a este pobre chaval?

“Y no es que se me haya abierto una puerta, sino que se me ha abierto un abanico entero, como si, a lo mejor es una exageración, pero como si encontrara otro planeta, y dijeras ¡guau! ¡Aquí hay un mundo entero por explotar”

Pues nada chavalote, tú ha "explotar" mundos por ahí, como Dart Vader con la Estrella de la Muerte.

Hace semanas en este mismo blog hablaba de la política educativa de ManPower y su proyecto Human Age Institute. Personalmente creo que todos los que estamos relacionados con el mundo educativo deberíamos informarnos más de instituciones privadas como ManPower o McKinsey, y de su influencia en la educación actual y futura.

Otro paralelismo educativo lo encontramos en el profesorado en general, y en particular el profesorado de matemáticas, al contemplar indiferentes como la asignatura de filosofía va desapareciendo del sistema educativo preuniversitario. Como si las matemáticas y la filosofía no tuvieran nada que ver, como si no fuera con nosotros.

Para profundizar en la educación por competecias, su relación con el neoliberalismo y la desaparición de asignaturas como Filosofía, os recomiendo el artículo



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