lunes, 19 de marzo de 2018

Una de cal y otra de arena.

Leo en "Mundiario":


"...A estos pedagogos del BBVA les daría yo una vacante de un año en dos centros de Secundaria que conozco y verían en qué se convierte su buenrollismo wonderfuliano. Ahí sí que iban a flipar con las emociones.."
¡Bien! ¡Totalmente de acuerdo! Pero ¡ay! sigue:

"...A los pedagogos del BBVA los pondría yo delante de esos padres y madres, que te exigen, como profesor de sus hijos, una educación rigurosa y academicista para que los alumnos aprueben los exámenes de Química en PAU, tal y como marca la Administración, porque, si no es así, se quedan sin plaza en la universidad..."
¡Por favor! ¡Bien por esos padres que exigen una educación rigurosa y academicista!

Precisamente la educación rigurosa y academicista es la única defensa posible para protegernos de estos pedagogos infames "...que cautivan con un lenguaje pueril y lleno de obviedades, un lenguaje inspirado en un idealismo tan enfermizo como provocador para quien se juega el tipo año tras año en algunas aulas de Secundaria...". Queremos un sistema educativo serio, riguroso y sólido, queremos expulsar de él a los gurús educativos que lo parasitan, pero no nadie quiere posicionarse a favor de una reválida, una prueba única nacional de contenidos, corregidos independientemente fuera del centro, la prueba que promocinara al estudiante económicamente pobre pero estudioso y con talento por encima del estudiante de familia adinerada.

¿Rechazamos a los que "cautivan con un lenguaje pueril y lleno de obviedades" pero queremos quedar nosotros aún más chachipirulis que ellos?


SÍ A LA REVÁLIDA




No hay comentarios:

Publicar un comentario